Este 250 GT, un cabriolet II serie de Pininfarina, es además de muy bonito, un Ferrari muy especial. Fue propiedad del piloto alemán Wolfgang von Trips, muerto en el GP de Monza de 1961 cuando ya tocaba con la punta de los dedos el título de campeón. En las exequias del piloto, su féretro fue trasportado sobre éste su Ferrari en un último viaje hasta el cementerio.