Visita a tierra santa (parte 1)
Para un tifosi
apasionado al Mundo Ferrari, el realizar una visita a las ciudades de Maranello,
Módena y alrededores, es como para un religioso ir a tierra santa.
Por mi 40 aniversario,
mi familia me hizo el favor de cumplir uno de mis sueños automovilísticos. Junto
al Ferrari Owners Club Andalucía, hice el viaje a Italia, para ver esa tierra de
tanta tradición automovilística, y de paso ver la catedral de la Fórmula 1 en
Italia, Monza.
El programa era
prometedor y como me dijo el Presidente, Toni Dalli, te vas a hartar de ver
coches. Yo tengo mucho saque, así que esperaba que sus palabras se hicieran
realidad. Y os puedo asegurar que asi fue. No tanto por la cantidad, sino por la
calidad.
Para empezar la jornada,
nos fuimos a tomar unas tapas con "el viejo" a su casa natal en Modena. Que menos que presentar
nuestros honores al hombre que ha fabricado esos autos tan irracionalmente
amados, Enzo Ferrari. No, en serio, él no estaba, no se porqué ;-). No pudimos
pasar de la puerta, en otra ocasión será. Al lado, L. Montezemolo está
reconstruyendo un edificio muy parecido, para vivir al lado de la casa que vio
nacer a Enzo.
Como terminamos pronto,
visitamos el Museo de Stanguellini. Es una muestra perfecta de lo que en esa
tierra acontece. No hay grandes galerías, ni carteles, ni demostraciones de lo
que hay dentro. En la parte trasera de un concesionario de Fiat y Alfa Romeo,
después de pasar la exposición, esta éste museo a uno de los preparadores más
famosos de Italia.
Stanguellini realizaba
preparaciones de motores de baja cilindrada, 750cc o 1.100cc, logrando sacar un
rendimiento que hoy en día nos parece normal, pero estamos hablando de hace 50
años atrás. Todos están al día en funcionamiento. Pero no sólo para marcas
italianas como Fiat, Lancia, incluso para Porsche o Lotus. Además la familia
tiene una colección donde puedes encontrar piezas insólitas como el Fiat Dino o
el Alfa Romeo 8C, del que hoy en día existen muy pocas unidades. Incluso puedes
ver las máquinas y herramientas con las que se trabajaba por entonces.
Los
superdeportivos de Lamborghini empezaron a construirse por una simple
conversación entre él y Enzo Ferrari. Dice la historia que tomando café
Lamborghini le dijo a Ferrari "voy a construir coches, ¿que te parece?", Enzo le
contestó "tu fabricas tractores, pues fabrica tractores, yo construyo coches,
déjame a mi construir coches.". A lo que Lamborghini, indignado, dijo "¿si?,
pues voy a construir coches, mejores que los tuyos".
Es una muestra de lo
que en ésa tierra se vive desde generaciones. En cualquier sitio menos esperado
te encuentras una de las mejores colecciones del mundo. Comiendo al lado del
Castillo de Mario Righini, nos surgió la ocasión de poder ver la colección
privada de Mario Righini. No hacemos más que entrar y estaban aparcados los
coches de unos invitados. En ningún otro sitio podría ocurrir que fueran a comer
al Rte. Bollo, con un Ferrari F40 y un 288GTO. Mis ojos se salían de las
órbitas; ¡UN GTOOOO! ... Y UN F40. Dios mío, perdí la consciencia de espíritu, y
no sabía si estaba vivo, muerto o en el paraíso. "Saca la cámara y ponte a hacer
fotos, esto no se lo van a creer cuando lo cuentes en España", pensaba. Pero
esto no era la colección privada. Entramos en una especie de establo, pero donde
guardan infinidad de caballos, todos ellos mecánicos, y una larga historia del
automóvil. Desde el primer coche de producción en serie, de Mercedes Benz, el
Ford T, del que se fabricaron 14 millones de unidades, hasta coches oficiales de
los desfiles de Hitler.
Al lado, otra galería
donde guardaban el Ferrari F1 de Gilles Villenueve, Lancia Stratos, Detomaso
Pantera, Ferrari 275, Mercedes Benz SL (alas de
gaviota), etc. ... madre del cielo, no doy a vasto de hacer fotos, y admirar
tanta joya junta. Era como hacer un viaje por mis viejas revistas de coches,
pero en chapa y mecánica. Me quedaría aquí a vivir. Todos en perfecto estado de
funcionamiento y puesta a punto.
Pero lo mejor estaba
por venir. El primer coche que Enzo Ferrari construyó, el 815. Así fue llamado
pues no podía llamarlo aún Ferrari. Junto a él, el primero que hizo junto con
Alfa Romeo. Del 815 sólo existe una unidad y la tienen allí. En esa tierra la
expresión "ese coche lo tengo yo", da un significado completo a la expresión,"no
tiene precio".
Para rematar la jornada
orgásmica, si se me permite la expresión, pudimos visitar la fábrica de Pagani.
Donde asistimos a la entrega de una unidad personalizada y única del Zonda.
Luego nos hicieron un recorrido por la pequeña fábrica, donde hoy en día se
hacen los coches artesanalmente, pero con la más alta tecnología, informática,
telemetría, fibra de carbono, etc.. Cada coche está numerado, tiene su
historial, y libro de reparaciones, pues el afortunado propietario lo encarga a
su gusto, color o sin pintura, acabados interiores, spider o coupe, etc. Vamos,
como un traje a medida pero en versión cuatro ruedas. No único que no puede
elegir es el motor, ya que éste es igual para todos. Un motor de Mercedes
preparado por AMG.
Pero no se vayan
todavía, que aún hay más.
Parte 1, [2],
[3]
Alberto Lorenzo
(septiembre 2008)
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