288GTO escribió:Yo creo que al margen de la calidad automovilística y estética del 250 GTO, han pasado a ser un "lujo exhibicionista" como puede ser una mansión en Beverly Hills, un yate de 60 metros de eslora o un reloj de diamantes. Es decir, artículos que aunque el dueño ni los use ni sepa cómo hacerlo, tan sólo valen para dar idea de su riqueza. Bien puede comprarlo un enamorado de los clásicos o un nuevo rico adolescente que se ha forrado con una red social...
Saludos
Coincido contigo, y a esto yo añado lo siguiente:
Supongo que muchos de vosotros estaréis en desacuerdo conmigo, pero mi opinión personal es que cuando se compra un coche solo para "tenerlo de exposición", únicamente como forma de ostentación (o inversión) y apenas se usa (incluso nunca se usa), el coche pierde su alma y su razón de ser. Una de las cosas más interesantes que tiene un coche de cierta edad son las historias que esconden detrás, si lo tienes solo para la galería, ¿qué podrán decir las generaciones venideras?, ¿que lo tuviste 20 años encerrado en un garaje?. Aunque, claro, alguien te lo agradecerá después y lo disfrutará de verdad.
Para mí, comprar un bicho de estos o poder ponerme a sus mandos sería como encontrar una botella de Hennessy de 1900 totalmente precintada
y disfrutar de ese excelente cognac en buena compañía. Ya sé que cuando se gaste la botella, se acabó lo que se daba, pero el auténtico lujo es haber podido disfrutarlo sorbo a sorbo, no tenerlo puesto en la vitrina de un mueble bar durante años. Lo mismo pienso de cualquier Ferrari.
Creo firmemente que un Ferrari es para disfrutarlo, paladearlo, para sentir su rugido al acelerar, para alguien que sepa apreciar lo que vale y lo cuide, lo mime Y LO PILOTE (un Ferrari no se conduce; se pilota!)
...igual que un Ferrari no es un coche: ¡es un Ferrari!
Ya estamos en que un 250 GTO no es precisamente un coche para ir todas las semanas a hacer la compra al super de la esquina, de la misma manera que una copa de buen cognac no es para mezclarla con Coca-Cola.
Pero una cosa es eso y otra es condenarlo a estar parado de manera indefinida, aunque desde luego, cada cual es libre de hacer con su coche lo que quiera.
Perdonad por el ladrillo.